¡Hola, buenos días!

Empezamos la semana con resaca política. Las protestas contra el genocidio de Israel en Gaza fueron ayer tan nutridas que obligaron a suspender la última etapa de la Vuelta Ciclista a España, que terminaba en Madrid. Los manifestantes tomaron las calles por donde debía pasar e impidieron que se completara el recorrido. No hubo podio ni celebración y se armó un gran debate político. 

El apoyo de Pedro Sánchez a los manifestantes encendió al PP y desató una batalla política. El éxito sorprendió a los propios convocantes. La Delegación del Gobierno estimó en más de 100.000 las personas que se movilizaron para impedir que la Vuelta llegara a la meta. El dispositivo de seguridad, formado por más de 1.500 agentes, quedó totalmente desbordado. Los encontronazos fueron duros: hubo dos detenidos y 22 policías heridos. 

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• La hora decisiva en la Gran Vía. Por Manuel Jabois. 

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Los manifestantes recibieron el apoyo explícito del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En un mitin celebrado en Málaga por la mañana, el presidente expresó su “admiración” por ellos, porque significa que “España se moviliza por causas justas como Palestina”. Para Yolanda Díaz, las protestas hacen de España “un ejemplo de la defensa de los derechos humanos”

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• El PP salió en tromba en contra Pedro Sánchez. Alberto Núñez Feijóo le acusó de “inducir” las protestas y de hacer “un ridículo internacional televisado”. Isabel Díaz Ayuso comparó las protestas en favor de Palestina con la kale borroka de los tiempos de ETA y el alcalde de Madrid, José Luís Almeida, responsabilizó a Sánchez de que “la violencia haya vencido al deporte”. También los sindicatos policiales cargaron contra el Gobierno. 

Pese a las críticas del ministro de Exteriores israelí y de la oposición de PP y Vox, Pedro Sánchez se siente hoy mucho más respaldado en sus posiciones sobre Gaza. La política de la Unión Europa está virando y aplica medidas que España había reclamado. Como nos explica Anabel Díez en su crónica, el Gobierno ya no está tan solo en esa batalla.

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• Análisis | El significado global de la rebelión de Madrid, Por Andrea Rizzi. 

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• La libertad no era cuestión de cañas. Por Berna González Harbour.

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Mientras tanto, la situación en Gaza continúa siendo terrible. Rescato este reportaje publicado ayer, que ilustra bien lo que ocurre allí: 

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• “Perdí la cuenta de los niños que vi morir”. Este es el relato en primera persona de Raúl Incertis Jarillo, médico de urgencias y anestesista que entre abril y julio de este año ha estado trabajando como voluntario en dos hospitales de Gaza. A las tres semanas, explica, ya había perdido la cuenta de los niños mutilados, amputados, aplastados o quemados que habían llegado a sus manos. Aquí tenéis las imágenes. Son duras. 

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También os recomiendo esta entrevista de Marc Bassets al historiador Michael Ignatieff, premio Princesa de Asturias 2024. “Cada nueva persona a la que Israel mata genera otro terrorista”, advierte.

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• Qatar, por su parte, no ha querido reaccionar en caliente ante el ataque de Israel a un edificio de la capital para matar a dirigentes de Hamás. Ha preferido esperar y reunir a 50 ministros de Exteriores de países árabes e islámicos para dar una respuesta diplomática conjunta.

La incursión de drones rusos en Polonia del pasado miércoles no solo ha causado alarma porque indica que la amenaza rusa va tomando forma, sino también porque ha puesto en evidencia las grietas de seguridad en los sistemas de detección y respuesta de las defensas europeas.

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Ante esta evidencia, la UE se propone levantar en todo el flanco oriental una barrera de alerta temprana formada por drones de reconocimiento, tecnología para detectar naves no tripuladas, sensores y vigilancia por satélite e inteligencia artificial. Nos lo explica María R. Sahuquillo.

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• Una Europa sin símbolos. La semana pasada Ursula von der Leyen dijo en la Eurocámara que Europa está en guerra, pero Diego S. Garrocho sostiene en esta columna que si estamos en lucha, mereceríamos saber para qué combatimos.