Buen miércoles. Estamos aquí con una lectura que creemos que, como suscriptor de El Times, puede interesarte. Con la autorización del presidente Donald Trump, Elon Musk está librando una guerra casi sin restricciones contra la burocracia federal estadounidense. Musk —propietario de SpaceX, Tesla y X, y quien dirige una iniciativa de reducción de costos que el gobierno de Trump denomina Departamento de Eficiencia Gubernamental— trabaja con una energía “frenética”. Ha llevado camas a la sede de la oficina federal de personal, según una persona familiarizada con la situación, para que él y su personal puedan dormir allí. “No hay precedentes de que un funcionario público tenga la escala de conflictos de intereses de Musk”, escriben Jonathan Swan, Theodore Schleifer, Maggie Haberman, Kate Conger, Ryan Mac y Madeleine Ngo.
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